Regrésame hoy tu calor amada mía;
regrésame también el rubor de tus mejillas
cada vez que mis dedos rocen tus labios;
o cada vez que tu piel,
se confunda con la mía.
—
Devuélveme la miseria que era
antes de conocerte,
pues no quiero perderte
y bien temo ganarte;
trae a mí tus besos perdidos,
dulce mariposa;
que tengo ganas de amarte.
—
Apártame de la soledad que me abraza en las noches;
ven y llena este vacío,
que mi alma yace vacua,
sin el calor de tus labios,
sin el olor de los ríos.
—
Ámame en silencio amada mía,
que mi cuerpo vibra cuando me tocas
cuando me miras,
cuando beso tu boca;
hiere mi cuerpo con tus labios
y mata los recuerdos del pasado
ven y libera mi alma…
…para ti.
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