¿Conoces El Dedo de la Muerte? Un caso en donde la realidad supera a la ficción

Ciencia

Con un nombre tan dramático podríamos esperar cualquier cosa. Pero lo cierto es que se conoce así a un fenómeno natural que ocurre en la Antártida. En algunos puntos concretos, gracias a las características temperaturas de sus océanos, una especie de espiral de hielo comienza a crecer, lentamente. Es un espectáculo increíblemente bello y muy, muy lento. Pero también letal.

El dedo de la muerte, también conocido en inglés por brinicle (de brine, salmuera y icecle, carámbano) es una columna de hielo, como un témpano, pero que se forma en el interior del agua a partir de una placa de hielo. Según va creciendo llega un momento en el que toca el suelo y comienza a extenderse en una dirección, más o menos, creando un rastro helado a su paso. Hasta aquí todo muy correcto. A excepción de una cosa: ¿por qué llamarlo, entonces, dedo de la muerte? Uno de los detalles que siempre ha fascinado a los biólogos marinos, probablemente por su morbosidad más que en sí por una cuestión científica, es la capacidad que tiene de atrapar a decenas o incluso centenas de criaturas a su paso.

En todo caso no se habla de peces ni animales cuyo movimiento es rápido. Para que el dedo de la muerte atrape a unas cuantas especies necesita de un tiempo mínimo en el cual el agua se congela alrededor de los miembros del animal. Pero claro, en aguas antárticas la cantidad de especies «lentas», en su movimiento, es enorme. Es lo que tiene vivir a temperaturas bajo cero. El metabolismo se ralentiza, como consecuencia del frío. Y no todos los animales están preparados para sobrevivir bajo semejantes condiciones. Solo los más extremos están capacitados. Pero claro, eso implica en muchos casos que son especies sencillas como las estrellas de mar o erizos, así como algunas holoturias (pepinos de mar). Y ninguna se mueve demasiado rápido, por lo que son pasto del dedo de la muerte.

¿Por qué se forma el dedo de la muerte?

La formación de esta curiosa columna de salmuera tiene su explicación en la temperatura y en la concentración de sal disuelta en el agua. El agua se congela a temperaturas por debajo de 0. Pero cuantas más sales tenga disuelta, más difícil es que se congele, bajando cada vez más la temperatura de congelación. Una vez que se congela, parte de las sale son «expulsadas» de la disolución. Con esto claro, ahora vayamos a la placa de hielo. Ésta, encima de un suelo relativamente cercano, está en contacto, en su superficie, con el aire frío, que mantiene una temperatura de unos -20ºC. Sin embargo, la temperatura del agua está a -1 o -2ºC. Así, en un momento dado, el agua alrededor del hielo comienza a congelarse, creando a su alrededor una fina capa de agua más salada (y más densa) que la propia agua del mar de su alrededor.

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